México es un país inmenso, no solo por la extensión de sus territorios o la majestuosidad de sus paisajes, sino por la riqueza que habita en cada rincón, en cada pueblo, en cada tradición que ha resistido el paso del tiempo. Antes de la llegada de los españoles, estas tierras ya eran el hogar de grandes civilizaciones que forjaron su propio destino con sabiduría y determinación.
Desde tiempos ancestrales, México ha sido un crisol de culturas, donde diversos pueblos desarrollaron sus propias lenguas, sistemas de gobierno, conocimientos astronómicos y formas de vida en armonía con la naturaleza.Un claro ejemplo de ello son los mexicas, una de las civilizaciones más asombrosas de Mesoamérica.
Originarios de Aztlán, emprendieron una larga peregrinación en busca de la señal que les indicaría el sitio donde debían fundar su ciudad y finalmente, en 1325, establecieron México-Tenochtitlán sobre un islote en medio del lago de Texcoco, iniciando una de las culturas más influyentes de la región.Lo que comenzó como una ciudad construida sobre un terreno inestable, pronto se convirtió en el epicentro de un imperio que dominó buena parte de Mesoamérica.
Los mexicas desarrollaron un sistema político y militar altamente organizado, expandieron su influencia a través de alianzas y conquistas y establecieron un complejo sistema de tributos que garantizaba el flujo de recursos a la capital. Además, el náhuatl, su lengua materna, se convirtió en el idioma predominante de la región, trascendiendo las fronteras del imperio.Es impresionante mencionar y reconocer cómo esta civilización logró prosperar, transformando un territorio lacustre en una de las ciudades más prósperas y avanzadas de su tiempo.
Hoy, su legado se refleja en el diseño urbano de la Ciudad de México, en sus calles y plazas, en el lenguaje, en la gastronomía y en las costumbres que, a pesar del paso de los siglos, siguen presentes en nuestra vida cotidiana.
Caminar por el Centro Histórico es recorrer los vestigios de su grandeza, es ver cómo la modernidad se entrelaza con la memoria de un pueblo que nunca desapareció, sino que se transformó y sigue resistiendo en cada rincón de esta ciudad. Conmemorar estos acontecimientos históricos nos permite valorar nuestras raíces y comprender la profundidad de nuestra identidad como nación.
No se trata únicamente de recordar un hecho del pasado, sino de reconocer que el legado de México-Tenochtitlán sigue presente en nuestra cultura, lenguas y tradiciones.Por ello, más que una celebración, esta conmemoración debe servir para reconocer el invaluable aporte de nuestras raíces y pueblos originarios, quienes, a pesar de la marginación y el olvido, han mantenido vivas nuestras primeras lenguas y los conocimientos ancestrales heredados de quienes nos precedieron.
Desde el Partido Verde reconocemos el invaluable aporte cultural de los pueblos originarios a esta ciudad y a la nación entera y creemos firmemente que México no puede entenderse sin su raíz indígena.
![]() | Diputada: FÁTIMA ALMENDRA CRUZ PELÁEZ Número de la legislatura: LXVI Partido: PVEM Entidad: Puebla Distrito: 2 ( Cuautilulco Barrio). |